Relato #12 - EL ANIVERSARIO

No suelo hacer comentarios cuando subo los relatos de Alma de Luna, (Isa para mi), pero hoy es especial. Este relato #12 es mío, bueno, mejor dicho es para mi. Mi regalo por mi onceavo aniversario de bodas y... estoy encantada, emocionada y... por qué no decirlo, con la imaginación y las hormonas a cien por hora jajaja.

Muchas gracias Isa, ha sido un regalo sublime y muy especial ♥ ♥

EL ANIVERSARIO

-Tengo toda la tarde para relajarme, los niños están de fin de semana con amigos, no tengo trabajo atrasado, y mi moreno se ha ido a trabajar, pero cuando caiga el sol…-

Sonrío dentro de la ducha para mí misma pensando en esta noche. Es nuestro aniversario y desde luego hace ya un tiempo que no estoy con ganas de nada. Me ha dicho que esta noche me arregle, que nos vamos de cena romántica.

El agua caliente cayendo sobre mi cuerpo me reconforta; al abrir los poros, mi piel no puede evitar erizarse. Enjabonarse con tranquilidad, sabiendo que estoy sola, que no hay prisas es un placer que me embriaga, me relaja…para que negarlo, me excita. Cierro los ojos y sigo dándome esas caricias pensando que es él quién me las está proporcionando… incluso puedo sentir sus labios sobre mi cuello, su aliento previo al roce, al gozo…
-Esta noche…- me digo en voz alta, y vuelvo a sonreír pícaramente.

Salgo de la ducha, no puedo evitar mirarme en el espejo, los años han pasado, nadie puede negarlo, ya no soy la chiquilla de la que él se enamoró hace ya tantos años, boda, niños, momentos de rutina… pero me sigue demostrando que está loco por mis huesos, que le sigo resultando atractiva, sexy, sensual… y esta noche cuando estemos solos, pienso sacar la loba que llevo dentro, va a ser memorable.

Llego al dormitorio, envuelta en la toalla, y encima de la cama veo con asombro una rosa, de un rojo sangre impresionante, que consigue que mis ojos brillen con intensidad.
Me acerco, mis dedos la cogen por su tallo, y me la acerco a la nariz mientras cierro los ojos… ese olor… aspiro profundamente. Abro los ojos, y se clavan en un sobre, la mano libre lo coge, lo abro como puedo sin soltar MI rosa, lo leo…

“CARIÑO, ESTA ES LA PRIMERA DE LAS SORPRESAS QUE TE ESPERAN A LO LARGO DEL DÍA, PORQUE TE MERECES TODO LO BUENO. RELÁJATE Y DISFRÚTALO”
Hay un cartoncito detrás…
“MASAJE LUX” ¡Me acaba de regalar un masaje!… Sé dónde es, nos han hablado muy bien de ese lugar, es más, el dueño es el papá de un compañero de nuestro hijo, miro el día y la hora… hoy mismo, a las seis de la tarde, no me lo puedo creer, tengo el tiempo justo para llegar, y sin tener que ir corriendo.
Cojo el móvil y escribo un WhatsApp “Moreno, lo tuyo no tiene nombre, hubiera preferido que nos lo dieran a los dos, pero no pienso desaprovecharlo. Nos vemos esta noche. Tengo ganas de verte. Te quiero”.
Me visto y mientras salgo de casa recibo un WhatsApp “Me es imposible, me ha salido un asunto y por eso no voy a poder acompañarte al masaje, tu déjate llevar y disfruta” Ni siquiera presto del todo atención a las palabras exactas, ni al “asunto” que le va a impedir pasar conmigo ese tiempo relajante, le respondo con un emoticono guiñando un ojo y otro con un beso de corazón, y sigo andando.
Llego al lugar en cuestión, entro. Una señorita muy amable con una preciosa sonrisa me da las explicaciones pertinentes cuando le enseño el cartoncito, que pase a la habitación, tercera puerta a la izquierda, que me desnude, excepto las braguitas, y me tumbe en la camilla boca abajo, si me siento más cómoda, que me ponga una toalla de cintura para abajo por encima.
Sigo sus instrucciones, entro: cuatro paredes de color blanco me dan la bienvenida, en el centro una camilla, luz tenue, una silla a un lado junto a un perchero donde dejar la ropa, a su lado una mesa pequeña, con toallas perfectamente dobladas, blancas, impolutas. Este ambiente lo remata la música, naturaleza en estado puro, el volumen perfecto, y el olor… me embriaga, jazmín… Me desnudo, me tumbo en la camilla y me tapo con una toalla. No se me hace pesada la espera, es relajante. Oigo como se abre la puerta
-Buenas tardes, no te muevas, tu marido vino hace un par de semanas, me dió unas directrices muy explícitas acerca que como quería que fuera tu masaje, déjate llevar, disfruta... - Me dice una voz masculina de lo más sugerente, y familiar, espera... No puede ser, es el padre del compañero de mi hijo! Y estoy desnuda en una habitación...con EL. Sonrío, me pongo nerviosa. Esta noche lo mato, sabe perfectamente el morbo que me da este tío desde el primer día que lo ví, me acabo de excitar y no siquiera me ha tocado. Al instante noto sus manos expertas encima de mi espalda, a una temperatura perfecta, mis nervios empiezan a relajarse.
Desliza las manos a una velocidad perfecta, puedo notar las yemas de los dedos hundirse en mi piel, punto exacto, recorre mi columna vertebral, arriba y abajo, sube a mi cuello, entreteniéndose en él, en mis hombros, moviendo algunos dedos en círculo, los otros son meros acompañantes abriéndoles el camino, dejándoles paso, no soy capaz de moverme.
Pasa a mis brazos, ahora son sus palmas las que presionan, dejándome sin fuerzas. Mi mente deja de pensar en problemas. Vuelve a mi cuello, creo que va a estar en ese lugar un buen rato, llevo unas semanas bastante tensa, presiona un poco más, punto de dolor y placer, me estremezco…baja un poco más, se desliza por mis costados, vuelve al centro, más abajo, repite la jugada…pierdo la noción del tiempo… llega a mi cintura, me tenso, y lo nota "relajate, todo lo que pase hoy aquí te va a gustar..." Sus dedos hacen amago de llegar a mis nalgas, y eso me esta poniendo a mil, noto como rozan el borde de mis bragas, y recorren el elástico, decididos, y sin más salen de su escondite para volver a mi espalda.

Yo me como a mi Moreno en cuanto lo tenga a tiro, como siga así, voy a estar a punto de caramelo todo lo que queda de tarde. La temperatura de sus manos es perfecta, la música de fondo, el jazmín llenándome los pulmones…
Un momento… tengo sus dos manos en el cuello, pero… hay otra mano, no, espera… ¿Otras dos manos en mi cintura? ¿Es un masaje a cuatro manos? Más me vale estar a la altura esta noche, esta sorpresa se lo merece… He de reconocer que estas manos nuevas, no son tan expertas como las otras, pero saben perfectamente donde tocar y la presión justa que tanto me gusta.
Pasa un rato que parece una eternidad, la suavidad de las manos, deslizándose sobre mi piel, hundiendo sus dedos en ella, presionando, relajando…no puedo evitarlo, estoy excitada, para ser más exactos, hace ya tiempo que la humedad recorre mis más íntimos lugares. Las manos nuevas se han atrevido a acercarse indecorosamente por mis costados a mis pechos, pícaramente, y no me atrevo a darle un toque, al contrario, me gusta su atrevimiento…
Algo no me cuadra de repente… me faltan dos manos, las que comenzaron el masaje han abandonado mi cuerpo, solo las atrevidas siguen en él, trabajando la fuerza y el placer. Abro los ojos, por el agujero de la camilla en el que he asentado mi cara puedo ver las piernas que pertenecen al cuerpo de esas manos, esas piernas… ¿desnudas? ¿No lleva nada?, sí que lleva, me había asustado, pero es sólo una toalla en la cintura, pero, esas rodillas…

“¿moreno…?” logro articular. Sus manos se acercan a mi cuello, ejerciendo un masaje que ahora sí, reconozco como suyo, noto su aliento en mi cuello, susurrante… “Shhh… esta es tu segunda sorpresa del día princesa, estamos solos, olvídate del tiempo, déjame hacer, déjate llevar…” sus labios rozan mi cuello, un escalofrío recorre todo mi cuerpo, un gemido sale entrecortado de mi garganta, arqueando mi espalda, solo un beso, un roce y mi cuerpo reacciona así… sus manos han llegado a mi cintura, quitándome suavemente la toalla, y sus dedos se enredan en mis braguitas, tirando de ellas, mientras mis piernas lentamente se entreabren, ansiosas...