Salgo del osteópata, desde luego me ha dejado la espalda muy bien…no hay rastro de pinzamiento, ni dolor, ni molestia, estoy contenta…y cansada, muy cansada, la siguiente visita es el 24 del próximo mes, un poco más tarde que hoy…
Tengo que andar un buen trecho hasta la parada del autobús, es de noche y hace frío, me encanta que el gélido aire me azote el rostro, me reaviva, lo necesito…ojeras, sin peinar, con una pupa en el labio…y para colmo me ha salido un grano en medio de la frente, pero eso sí, no me quito la sonrisa, cuando lo hago es como si me faltara algo y la tristeza me invade, no, esta noche no, mi sonrisa me acompaña, como el viento frío que me da en la cara…
Mientras cruzo el río miro hacia atrás en busca del autobús, pero no hay rastro de él, es perfecto porque no tengo que correr, así que cojo mi móvil, tengo que hacer una llamada… ayer me encontré la chapita de un perro en el suelo con un número de teléfono, he quedado con el dueño en que cuando acabara esta noche se la devolvería, el hombre descuelga y hablo con él mientras llego a la parada, como siempre observándolo todo, es una manía que tengo, hay varias personas en la parada entre ellas un chico con el cual cruzo la mirada, termino la llamada, he quedado en media hora cerca de mi casa, miro otra vez hacia atrás mientras guardo mi móvil, ni rastro del autobús.
Vuelvo a cruzar la mirada con el chico, no la aparta, pero tampoco hace amago de sonrisa, no me extraña, con las pintas que tengo a saber que estará pensando de mí, pero he de reconocer que me siento atraída por él…empieza el juego de las miradas.
Llega el autobús, subo la primera pensando en sentarme donde haya dos asientos vacíos y juntos…nunca se sabe si el chico interesante se va a atrever a sentarse a mi lado…pero no, él se decanta por otro asiento…a una distancia prudencial del mío, eso sí, los asientos están enfrentados…la pausa ha acabado, el juego continúa y mis nervios van aumentando. Es atrevido, no aparta la mirada, incluso da la sensación que ni siquiera es capaz de pestañear.
En un momento dado un abuelete que está sentado justo detrás de mí le dice a una muchacha que se siente al lado de un joven, comenta en voz alta que ambos parecen de la misma edad y son guapos, y por lo tanto deberían conocerse. Estallamos todos en risas, me viene bien soltar una carcajada, necesito liberar el nerviosismo de su mirada… no consigo mi risa natural y diaria, sólo me sale la nerviosa… me siento quinceañera.
Pasado un tiempo, el chico interesante se levanta de su asiento y se acerca al mío, se para justo delante de mí, en las puertas centrales del autobús, supongo que baja en la siguiente parada y pienso que no me ha regalado ninguna sonrisa, me apetece conocerla … “¿y si me bajo con él y le pido que me regale una? Si, voy a hacerlo, total son sólo dos paradas antes que la mía”, me digo a mi misma en el mismo momento en el que una mujer se sienta a mi lado, “vaya”, pienso, “la excusa perfecta para no terminar de atreverme”.
El autobús se para, que coincidencia, es la parada del cole de mis niñas…el me mira y baja, ahora sí, hay distancia entre los dos y unas puertas cerradas, miro por la ventanilla, volvemos a cruzar la mirada, le sonrío y me devuelve una medio sonrisa… le digo adiós para mis adentros, el autobús se vuelve a poner en marcha… otra historia inacabada de dos personas cualquiera en un autobús rojo de una línea de la EMT de Valencia…
El autobús llega a mi destino, bajo, ¿me habrá seguido? Miro hacia atrás…ni rastro… que tonta, ¿Cómo va a seguir al autobús corriendo dos paradas? Empiezo a caminar hacia el punto de encuentro con el hombre de la plaquita, que pereza es bastante tarde y tengo ganas de llegar a mi casa, cruzo dos avenidas… algo llama mi atención desde atrás, un movimiento raro, me giro… no puede se… el chico interesante, sofocado, se para a mi lado, sin aliento… me mira, me sonríe, no puede hablar, estoy atónita, ¿ha venido corriendo detrás del autobús?
Se recupera un poco.
- “Hola” me susurra jadeante
- “Hola, tranquilo hombre, recupérate un poco. ¿en serio has venido corriendo? Has tenido suerte que bajara dos paradas después de la tuya y no unas cuantas más…”
- “Te he oído decir por teléfono que vivías por aquí, he supuesto que ésta sería tu parada” me responde.
Y mientras va recobrando las fuerzas por el esfuerzo que le ha supuesto venir tan rápido añade
- “Esto es una locura, no sé qué hago aquí, lo único que sé es que necesitaba hablar contigo”, y sin darme tiempo a salir de mi propio asombro remata el inicio de la conversación con un “¿tienes pareja?”
La pregunta me atraviesa de lleno, parece que lleve un repelente contra novios, pero al mismo tiempo consigue que el corazón se me acelere un poco, con lo fea e insegura que me veo hoy y ha venido hasta aquí para hacerme esta pregunta, estoy de suerte, aunque estoy agotada me parece a mí que voy a tener compañía para cenar.
- “No” le respondo esperanzada.
- “Yo sí” me responde
- “Vaya hombre, debo tener imán para vosotros…”
y es cierto, últimamente chico que me gusta, chico que tiene pareja, mi gozo en un pozo mi mala suerte me persigue, al final ceno sola. El muchacho es rápido y añade,
- “Por eso te decía que no sé exactamente lo que hago aquí, estoy bien, tengo una vida tranquila, un trabajo del que no me quejo, una relación estable, amigos… pero me atraes mucho y no he podido evitarlo, me he dejado llevar. Una vez alguien me dijo que si algo o alguien te hacía sentir mínimamente no debías dejar escapar esa oportunidad y aquí estoy, ¿no te parece una locura? Si me voy, me arrepentiré, si me quedo también, ¿Qué hago? Me apetece saber de ti, pero tengo miedo, ¿Por qué tenemos que tener este miedo? Me gustaría saber tantas cosas de ti…”
- “¿Qué quieres saber?” le pregunto
- “Todo…” me responde
- “Eso es mucho…” le replico.
Los ojos detrás del cristal de sus gafas, brillantes, me miran fijamente mientras sus labios se mueven y vuelve al ataque con sus preguntas
- “Cómo te llamas?”
Se lo digo, él me dice su nombre y me pregunta mi edad… dice que es normal que tenga más años que él, siempre le han atraído más mayores. No para de moverse, pasitos cortos, intercala el mirarme a mi fijamente, como un niño descubriendo un juguete, y el mirar al suelo, pensativo y dubitativo.
- “Debes tener un buen lío en la cabeza ahora mismo, voy a ser buena y ponértelo fácil, estoy divorciada y tengo dos hijas”
- “¿Eso lo dices para ahuyentarme?”
- “sólo te digo una realidad, un hecho, que sé que para ciertas personas no deja de ser un obstáculo, sólo te hago saber parte de mi vida, algo por lo que muchos hombres no quieren seguir adelante…”
Ee observa, vuelve a mirar la acera… piensa un buen rato, no quiero estorbar su razonamiento interno, al fin, levanta la cabeza, clava sus ojos acristalados en mí y habla
- “¿Y por qué en vez de salir despavorido, que sería lo más normal, no me asusta en absoluto que tengas dos hijas? Me atraes demasiado” Me sorprende su respuesta, pero sigo poniéndole trabas
- “Eres joven, lo normal es que tengas que vivir el tema de la paternidad desde cero”
- “Si, supongo…o no…, ¿puedo besarte?”
Su última pregunta me golpea como un mazo y por un instante me deja sin respiración, ¿en serio me está pasando esto? ¿pero este tío me ha mirado bien? ¡Si voy hecha un adefesio! Desde luego sabe cómo alegrarle el día a una chica. Debería decirle que no, pero me acabo de perder en su mirada y en la firmeza de su voz al hacerme la pregunta. Mis neuronas han dejado de hacer su función, ya no piensan.
- “Si” balbuceo.
No pierde el tiempo y se acerca a mí, yo no puedo moverme, sigo incrédula ante todo lo que está aconteciendo esta noche, mi corazón no solo ha recuperado el latido, sino que va aumentando el ritmo con cada centímetro menos que va quedando entre nuestros cuerpos. A penas quedan unos milímetros entre nuestras bocas, su mirada está totalmente estática en mí, noto su respiración en mi rostro, no cierra los ojos cuando recorriendo el poco camino que le queda, sus labios rozan los míos, tímidos pero decididos, la reacción de ambos es inmediata y convertimos ese cohibido beso en una corriente eléctrica que nos recorre por completo hasta separarnos.
Nos miramos con sorpresa. El silencio se hace palpable y lo rompo con una pregunta un tanto estúpida.
- “Lo tienes más claro ahora?” y me regaño a mí misma por la tontería que acabo de decir, si ha sido tan intenso para él como lo ha sido para mí, desde luego el lío que debe tener en la cabeza habrá aumentado considerablemente.
- “No…” me responde dejándome claro que para él ha sido igual de palpitante que para mí.
- “Cuánto tiempo llevas con tu pareja?”
- “10 años, y te prometo que es la primera vez que hago algo ni parecido a esto…”
- “Sinceramente, ¿vas a poner en riesgo tu relación, acabar con todo, por una chica que no conoces en absoluto? ¿Te vale la pena?” Es rápido en su respuesta
- “¿Vales la pena?”
- “Por supuesto” le contesto.
El muchacho añade con una seguridad pasmosa
- “He tenido un impulso irrefrenable que es haber venido hasta aquí, a conocerte, saber de ti… ahora sólo tengo una cosa clara, voy a seguir buscándote en el bús…”
- “Pues hasta dentro de un mes no voy a volver a cogerlo”
- “En ese caso estaré un mes tranquilo” concluye.
No para de pensar, de mirar al suelo, de mirarme a mí, volvemos a juntar nuestros labios, tengo ganas de seguir besándole, pero me freno, no debo, tiene pareja, él sigue pensando y finalmente soy yo quien toma la decisión y dice la última palabra, me acerco...
- “te lo voy a poner aún más fácil…” - le doy un beso en la mejilla, - “un placer…”
Me doy la vuelta y me voy, quiero girarme, pero me aguanto las ganas, no, no debo. ¿Le veré dentro de un mes?
No esta mal, apartando la confusión que me quedo en este chin - “Sinceramente, ¿vas a poner en riesgo tu relación, acabar con todo, por una chica que no conoces en absoluto? ¿Te vale la pena?” Es rápido en su respuesta
ResponderEliminar- “¿Vales la pena?”
- “Por supuesto” le contesto.
no esta mal el relato.
buenas noches Yennely, he estado algo desconectada este fin de semana, soy la autora. A ver, el esta dudando entre dejar a su pareja e irse con esa desconocida del autobús, o seguir con su vida, la chica del autobús le pregunta si realmente vale la pena poner 10 años de relación en riesgo por una desconocida, el simplemente le pregunta si ella cree que ella misma vale la pena como persona o pareja para dejar a su novia, y ella obviamente le dice que si...espero que te haya quedado claro, y si no, me lo comentas que estaré encantada de explicarte lo que necesites. ;) Gracias por tomarte tu tiempo en leerlo. Muacckkss
EliminarNoooooo priemra persona nooooo
ResponderEliminarEl relato está muy bien, la verdad, pero me hacen sufrir con la primera persona joooo
jajaja Dee so se trata, de ponerte en su piel!! Me alegro que te haya gustado, gracias por leerme!! Un beso
EliminarJajajjjajaja,esto me recuerda a mis 19 años jajajaja, me pasó algo parecido pero no iba en bus sino que él era un taxista y me llevaba a trabajar, a partir de ahí cada vez que llamaba un taxi para irme a trabajar muchas veces era él jajaja,y mira que tenía su tarjeta pero pasaba tres pueblos de llamarlo. No le besé a la primera que me lo pidió, hasta que se cansó de pedírmelo y eso fue al tercer mes de verle tenia pareja. Al tercer mes lo besé y por nuestro bien cerré todo. Que mal porque el colega estaba tremendo, peeeeeeeeeeeroooooooooooo... no era para mí y no quería complicaciones.
ResponderEliminarMe ha gustado el relatillo, y me he reído mucho. Gracias Alma y a ti Yasnaia por dejármelo leer.
PD: Él sigue con el taxi jajaja esta felizmente casado y tiene 3 hijos (sí lo he visto en contadas ocasiones cogiendo un taxi pero ya tá. Eso sí para él yo soy "esa chica del No rotundo y que le mandó a cagar a la via del tren" jajaja)
Un saludazo, Lou G de Gocce di Essenza BLOG
Buenas noches Lou G. Soy la autora, me alegro que te haya gustado. Pero las gracias te las doy yo a ti por tomarte tu tiempo en leerlo, y en comentar ;)
EliminarY sobre lo del taxista...sabes que te va a tener en su cabeza siempre, no? jeje
Un beso
Dime por favor que esto no te ha pasado de verdad!!! Jajaja me MUERO de amor con la historia.... Creo que a toda mujer le gustaría vivir algo así!! Me encanta pri, que grande!
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